En los últimos años ha habido un aumento en el interés en realizar un abordaje holístico de los psicodélicos, lo que implica tomar en consideración los diferentes efectos que devienen de su consumo sin delimitar la experiencia analizada.
Recientemente se han publicado los resultados de una revisión de tres estudios previos acerca de los efectos de los comúnmente denominados “psicodélicos clásicos”, concretamente, el LSD, la psilocibina y el DMT. Este estudio analiza tres niveles clave: fenomenología, es decir, experiencias subjetivas derivadas del uso de estas drogas; técnicas de neuroimagen empleadas para observar la actividad y conectividad cerebral; y farmacología, concretamente, la selectividad para unirse a receptores serotoninérgicos y dopaminérgicos y la actividad funcional desempañada.
Experiencias subjetivas: explorando nuevos estados de conciencia
El estudio comparó las puntuaciones dadas en la escala «5 Dimensiones de los Estados Alterados de Consciencia» (5D-ASC), comúnmente empleada para medir las experiencias inducidas por los psicodélicos. Encontraron que el LSD provoca una mayor puntuación en la subescala de la 5D-ASC relativa a la «restructuración visionaria», es decir, las alucinaciones visuales generadas por esta droga tienden a ser puntuadas de manera más intensa por las personas que participaron en los estudios.

Alteraciones en las conexiones entre redes cerebrales
A nivel cerebral, los psicodélicos alteran significativamente la conectividad funcional entre redes neuronales. En general, se observa un incremento en la conectividad entre diferentes redes cerebrales, a la par que una disminución en la conexión dentro de las mismas redes. El LSD muestra un marcado aumento en las conexiones entre la red visual y otras áreas del cerebro, lo cual podría explicar sus efectos visuales más intensos. Por otro lado, tanto la psilocibina como el DMT generan un fortalecimiento en redes implicadas en la introspección y los pensamientos autorreferenciales, como la red neuronal por defecto.
Farmacología: la llave molecular
Este estudio no encontró diferencias significativas entre el LSD, DMT y psilocibina en su selectividad, esto es, la capacidad de unirse a los principales receptores dopaminérgicos ni serotoninérgicos como el receptor 5-HT2A.
Curiosamente, el LSD tiene una mayor capacidad para activar ciertas vías moleculares (como la formación de fosfatos de inositol) en comparación con el DMT y la psilocibina, lo que podría estar relacionado con la intensidad y duración de sus efectos.
Hacia una visión integradora
El análisis reveló una relación no lineal entre estos tres niveles: la experiencia subjetiva, cómo funciona nuestro cerebro y cómo interactúan estas sustancias a nivel molecular. Sin embargo, la diversidad en los métodos y resultados de los estudios que emplearon para realizar el meta-análisis subraya la necesidad de estandarizar investigaciones futuras.
En definitiva, los modelos integradores podrían explicar mejor la experiencia psicodélica, considerando la sinergia que emana de lo experimentado a nivel perceptual y emocional junto con los efectos observables a nivel farmacológico y de neuroimagen.


