Modelo Terapéutico
Se trata de un proceso terapéutico que puede durar desde un mes y medio a 4 meses, en el que, en uno o varios momentos puntuales se administra un compuesto que tiene el potencial de catalizar avances importantes en ese proceso. La toma de la sustancia se hace en un entorno controlado y supervisado.
Esto es lo que puedes esperar del tratamiento:
El terapeuta evalúa si el tratamiento y el momento son los adecuados para el paciente. También se descartan personas con propensión a ciertos trastornos psicológicos como bipolaridad, esquizofrenia, etc.
Puede constar de dos o más sesiones que buscan tanto la comprensión de lugar terapéutico en el que se encuentra el sujeto, así como generar la alianza de confianza entre este y el terapeuta. En estas sesiones, el terapeuta ayudará al paciente a identificar sus intenciones en relación con su proceso de avance y se aclararán las expectativas sobre la experiencia.
En un espacio con ambiente normalmente hogareño, amable y con pocos estímulos, se tiene una última conversación de expectativas, preguntas y aclaraciones. Después de esto se administra la dosis adecuada para cada persona, normalmente acompañado de dos personas, un terapeuta y un facilitador o terapeuta. La sesión tiene una duración variable en función de la sustancia empleada, normalmente de 6-8 horas. Esta toma puede repetirse según el tratamiento una o varias veces, espaciadas entre sí entre dos y cinco semanas.
Durante la sesión se invita al participante a enfocarse en la introspección. Esto se facilita tapando los ojos con un antifaz y utilizando música con una selección pre-elegida por los facilitadores para ayudar la experiencia. El participante suele estar acostado todo el tiempo de la sesión.
Después de la experiencia de la toma del psicodélico, sea esa misma tarde o la siguiente mañana, el participante y el facilitador se sientan juntos para trabajar con lo que ocurrió durante la sesión. Esta parte de la experiencia es esencial para el entendimiento sana de lo que la persona vivió durante la experiencia. Estas sesiones terapéuticas de integración pueden ser entre dos y cinco que se utilizan para rescatar el material que afloró durante la sesión interpretarlo y darle un sentido en la vida del participante.
Después de la integración de la experiencia, es siempre interesante dar seguimiento de lo que acontece en la vida del parcipante en los meses posteriores a la experiencia. Es muy común que el entendimiento de lo que la experiencia le ha entregado le lleve a una nueva forma de pensar y, por tanto, de actuar. El sostener en el tiempo estos nuevos paradigmas de pensar y actuar, en función de los condicionantes del participante, puede ser difícil. Por esto, el seguimiento puede ser una herramienta muy efectiva para mantener los resultados positivos de la terapia en el tiempo.
Durante la toma de psicodélicos se puede esperar:
- Alucinaciones auditivas y visuales (ver y escuchar cosas que otros no hacen);
- Desorientación, confusión y dificultad para pensar con claridad y organizar la información;
- Sentimientos de conexión, unidad y «unidad» con los demás y el universo;
- Sentidos intensificados que causan sentimientos más intensos, vistas, olores, etc.
- Miedo, paranoia, pensamientos acelerados, ansiedad;
- Despersonalización y desrealización (perder el contacto con uno mismo o con el entorno);
- Estados de felicidad, euforia y cambios positivos en el estado de ánimo;
- Despertares espirituales, revelaciones personales, creatividad.
- Sentido distorsionado del tiempo (el tiempo se siente más largo o más corto);
- Aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial