El Instituto Nacional de Salud (NIH), una de las agencias más importantes y destacadas del mundo en investigación médica y científica, ha destinado $2 millones de dolares para investigar cómo los psicodélicos podrían ayudar a tratar problemas de adicción a las drogas. Esto incluye sustancias como psilocibina, LSD, MDMA, ketamina, ibogaína y otros psicodélicos. El objetivo es buscar nuevas formas de tratamiento para las adicciones, y los psicodélicos podrían ser la clave.
El NIH está ofreciendo la oportunidad de financiamiento desde el 28 de enero hasta el 28 de febrero para proyectos de investigación relacionados con psicodélicos. Sin embargo, aunque hay interés en los beneficios terapéuticos de los psicodélicos, todavía se necesita más evidencia sobre su seguridad y eficacia.

Estos fondos buscan desarrollar tratamientos para adicciones relacionadas con opioides, metanfetaminas, cocaína y otras drogas, excluyendo el alcohol sin justificar su decidión. Las pruebas clínicas son opcionales, pero deben seguir las reglas de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
Los solicitantes pueden pedir hasta $2 millones al año para costos directos, y el dinero se repartirá entre tres y cinco premios. Las universidades, organizaciones sin fines de lucro, empresas y agencias gubernamentales son elegibles para aplicar.
Esta noticia llega poco después de que el NIH anunciara otros $1.5 millones para estudios sobre psicodélicos y adicciones. Pero, aunque hay interés en el potencial terapéutico, las restricciones federales complican la investigación, requiriendo a los investigadores pasar por más trámites regulatorios adicionales.
En algunos estados, como Oregón y Colorado, están avanzando en reformas legislativas sobre el uso terapéutico de psicodélicos. Incluso en California, están buscando legalizar y regular su uso para tratamientos terapéuticos y espirituales.
El compromiso del NIH con la investigación de los psicodélicos podría marcar un hito fundamental en nuestra comprensión y enfoque hacia el tratamiento de las adicciones y los trastornos de salud mental. Esta inversión no solo promueve la exploración de terapias innovadoras, sino que también sugiere un cambio transformador en cómo abordamos estas complejas problemáticas, brindando esperanza a aquellos que buscan soluciones efectivas y compasivas.