De acuerdo a la decisión tomada por la Administración de Bienes Terapéuticos (TGA) australiana, la equivalente a la agencia europea del medicamento, a partir del 1 de julio de 2023, tanto la MDMA como la psilocibina, podrán ser empleadas para el tratamiento de el trastorno de estrés post traumático (TEPT) y para la depresión resistentes a tratamiento, respectivamente.
De esta forma, la TGA da paso a una reclasificación de la MDMA y la psilocibina que pasan de ser consideradas como “sustancias prohibidas” a ”drogas controladas”, favoreciendo así el empleo clínico de estas sustancias con fines terapéuticos y de investigación.

Así mismo, únicamente podrán recetarse la psilocibina para la depresión resistente al tratamiento y la MDMA para el TEPT resistente al tratamiento, al ser las indicaciones sobre la que existe una investigación más madura acerca de los potenciales efectos terapéuticos de ambas sustancias. Sin embargo, la TGA no descarta estudiar las solicitudes para emplear estos dos compuestos en otras afecciones si surgen “nuevas pruebas suficientes” que avalen su seguridad y eficacia.
Este cambio en la regulación secunda la subvención de 15 millones de dólares que el gobierno australiano realizó en 2022 destinados a financiar ensayos clínicos que evaluasen el empleo de compuestos psicodélicos en combinación con psicoterapia con el fin de probar su empleo para el tratamiento de enfermedades mentales debilitantes.
Australia se convierte de esta manera en uno de los primeros países en reconocer el uso terapéutico de la psilocibina y MDMA lo cual supone un gran avance para el desarrollo de la medicina psicodélica que ayudará a reducir el estigma asociado a estas sustancias e impulsará su desarrollo como nueva terapia de salud mental.