Hace unas semanas, el estado de Kentucky anunció en una rueda de prensa que destinará 42 millones de dólares, para la investigación psicodélica, enfocándose específicamente en la ibogaína para el tratamiento de la adicción a los opioides.
«No podemos continuar perdiendo a más de dos mil habitantes de Kentucky [por adicciones] cada año», dijo Daniel Cameron, Fiscal General del estado según la cita de Psychedelic alpha. A su vez añadió «Espero con interés la exploración de posibilidades por parte de la Comisión», con la esperanza de que el estado pueda encontrar «el próximo gran avance»
En la rueda de prensa también participó W. Bryan Hubbard, presidente de la Comisión Asesora para la Abstinencia de Opioides del estado, quien explicó el mandato de su comisión, así como detalles sobre el síndrome de abstinencia de opioides, antes de anunciar que «estamos aquí para anunciar la oportunidad de avance de Kentucky»: la ibogaína.
«La ibogaína es un alcaloide derivado de tres fuentes vegetales» encontradas en países de África Occidental. «Las evidencias anecdóticas sugieren que la ibogaína, en un plazo de 48 a 72 horas de administración en condiciones seguras y clínicamente controladas, resuelve el síndrome de abstinencia de opioides», explicó Hubbard de acuerdo a Psychedelic Alpha. «Si esta evidencia anecdótica puede ser clínicamente validada, la ibogaína representaría un tratamiento terapéutico transformador del trastorno por uso de opioides.»
Más adelante en la conferencia, Hubbard explicó que «en los próximos meses, la comisión explorará la posibilidad de dedicar no menos de $42 millones durante los próximos seis años para la creación de alianzas público-privadas que puedan incubar, apoyar e impulsar el desarrollo de la ibogaína a través del proceso de aprobación de la FDA«.
Esta financiación, proviene del Opioids Settlement Funds, un fondo establecido con las sumas que las corporaciones farmacéuticas y las cadenas de distribución de medicamentos deben abonar por su papel en la producción y venta descontrolada de fármacos opioides y por su contribución a la crisis de adicción a estos. El fondo está distribuido entre diferentes estados y tiene a su disposición un total de alrededor de 54,000 millones de dólares.
Aunque en Europa el reciente Grupo de Acción para el estudio de los psicodélicos creado en el Parlamento Europeo, así como el debate que tuvo lugar en la Cámara de los Comunes de Reino Unido se han centrado en el empleo de la Terapia Asistida con Psicodélicos (TAP) para la depresión resistente al tratamiento o el síndrome de estrés post traumático, también existen investigaciones que está estudiando el empleo de compuestos psicodélicos para tratar adicciones a sustancias. Ejemplo de ello es el estudio de psilocibina para el tratamiento del alcoholismo que está teniendo lugar en la universidad de Copenhague. o el estudio que también ibogaina para la dependencia a opiáceos llevado a cabo por ICEERS en el hospital Sant Joan de Reus (España).